Para poder planificar una estrategia comercial efectiva necesitamos entender el contexto en el cual se desarrolla nuestro proceso comercial.
Si ingresamos a la oficina, vamos a encontrarnos con distintos departamentos donde trabajaremos en conjunto.
Debemos sumergirnos en la comprensión de sus responsabilidades y miedos inherentes al proceso de contratación de un servicio.
Al integrar las respuestas a estas preguntas de manera cuidadosa en nuestra comunicación, no solo abordamos los aspectos técnicos, sino que también enfrentamos y disipamos los miedos inherentes al cambio. Este enfoque no solo facilita el flujo natural a través de nuestro embudo de ventas, sino que también allana el camino hacia un cierre más efectivo.
Una vez definidos los recursos, surge la crucial tarea de determinar los canales de venta que desplegaremos y la forma en que presentaremos dichos recursos.